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Almendro superintensivo: tratamientos para llevar al árbol hacia un nivel de producción máximo


Almendro superintensivo: claves para maximizar la producción

El almendro superintensivo o en seto gana terreno en España motivado por la atractiva rentabilidad del cultivo y por los avances tecnológicos que lo han convertido en una sólida alternativa dentro de la industria agrícola. Este sistema, que somete a los árboles a una elevada exigencia desde su entrada en producción a partir del tercer año, requiere de tratamientos que ayuden al árbol a responder a estos entornos de máxima demanda.

Radisei es un bioestimulante de Seipasa especialmente adecuado para su aplicación en almendro superintensivo: estimula un mayor desarrollo del sistema radicular, optimiza la absorción de nutrientes esenciales y favorece la óptima puesta en marcha del cultivo y la producción final de alta calidad.

En España, la superficie dedicada al almendro ha aumentado un 34% a lo largo de la última década. Parte de ese incremento se explica a partir de la progresiva introducción de sistemas de producción de almendro en seto, atraídos por la rentabilidad de las explotaciones y la buena salud de la almendra en términos de precio.

Históricamente, en España el almendro se ha cultivado en tierras de secano y suelos pobres, un hecho que cuestiona seriamente la rentabilidad del almendro en secano. Más del 85% de las hectáreas de almendro en España continúan siendo de secano, frente a casi el 100% de regadío que existe en California, EE. UU, que, además, es el primer productor del mundo.

Qué es el sistema en seto

Frente a esta realidad, el almendro superintensivo o en seto presenta un sistema con un número mayor de plantas por hectárea y árboles de menor tamaño. El rápido desarrollo tecnológico de los últimos años ha permitido aplicar al cultivo un elevado grado de tecnificación que se traduce en una mayor agilidad en el trabajo y una notable reducción en los costes de mano de obra.

La clave del sistema superintensivo es la cantidad de producción o cosecha. Con los marcos de plantación más reducidos entre árboles y la mayor densidad de plantas por hectárea se consigue una anticipación de la entrada en producción (el tercer año) frente a las plantaciones de almendro tradicionales (donde se situaría a partir del quinto año).

En los primeros años de una plantación en seto es fundamental asegurar la correcta formación del árbol. Es importante obtener una copa abierta que permita la aireación y la entrada del sol ya que, además de reducir la posibilidad de aparición de enfermedades, conseguiremos una mejora en la calidad de la maduración de los frutos.

Si nos detenemos en los tratamientos, el bioestimulante Radisei se presenta como una alternativa ideal para su aplicación en sistemas de almendro superintensivo o en seto. Radisei es un bioestimulante radicuar desarrollado a partir de una cepa exclusiva de Bacillus subtilis. Esta bacteria promotora del crecimiento (PGPR) permite mejorar la arquitectura del sistema radicular a través del crecimiento de nuevas raíces y pelos absorbentes que ayudan a la planta a un mejor aprovechamiento de los recursos del suelo. 

Su aplicación permite el desbloqueo de micro y macronutrientes esenciales en el suelo, lo que ayuda a que el árbol los absorba y los asimile mucho mejor y de la forma más eficiente.

Se trata de un producto registrado en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y certificado en agricultura ecológica bajo normativa UNE.

Mejora de la producción en sistemas superintensivos

En sistemas superintensivos, la aplicación de Radisei presenta beneficios a lo largo de todo el proceso de desarrollo del árbol. En plantaciones de menos de un año, Radisei facilita el establecimiento del cultivo: conseguimos un mayor porcentaje de árboles que sobreviven tras el trasplante y que, por tanto, no es necesario reponer.

Los beneficios en árboles más desarrollados (entre el primer y el tercer año) los observaremos en el vigor de la planta, mucho mejor formada, con una mejor arquitectura y un desarrollo vegetativo más equilibrado dentro de esa pared productiva que va a formar el árbol, y que nos va a permitir producir de forma más eficiente. 

Finalmente, para aquellos árboles que ya han entrado en producción, la aplicación de Radisei se traduce en mayores rendimientos de producción. 

Precisamente si nos detenemos en la producción, los resultados del ensayo técnico detallado en el gráfico 1 muestran el efecto de Radisei sobre este parámetro. Las parcelas tratadas con Radisei incrementaron su producción un 9% (+519 kg) frente al control. En el tratamiento descrito se realizaron 3 aplicaciones coincidiendo con el final de la campaña anterior (acumulación de reservas por parte del árbol), brotación y llenado de fruto.

Gráfico 1.- Producción de almendra por hectárea (kg/ha).

El gráfico 2 revela que la aplicación de Radisei mantiene esos incrementos de producción, no solo en la almendra con cáscara sino también en la semilla. Así, observamos un incremento de la producción del 8,7% en las parcelas tratadas con Radisei frente al 2,5% en aquellas tratadas con la referencia biológica.

Gráfico 2.- Producción de almendra-semilla (kg/ha).
Gráfico 3.- Efectos de Radisei en el desarrollo vegetativo

En el gráfico 3 observamos cómo las parcelas del ensayo tratadas con Radisei muestran un mejor desarrollo vegetativo frente a la referencia biológica y el control, ya que prácticamente el 100% de las parcelas presentan árboles con un desarrollo en condiciones óptimas. En otras palabras, con Radisei mejoramos la arquitectura, el desarrollo y la cantidad de raíces en el suelo, algo que, trasladado a la parte aérea del árbol se traduce en un mayor desarrollo vegetativo, brotación y vigor.

Los datos revelan la progresiva implantación de sistemas tendentes a generar mayor rentabilidad del almendro. Solo en 2019, el cultivo de almendro en regadío creció un 11,6% en España respecto al año anterior. El cultivo en secano lo hizo en un 3,2%, según cifras de Aeofruse, la Asociación Española de Organizaciones de Productores de Frutos Secos y Algarrobas.

En este escenario, el diseño de la estrategia, la tecnología de producción y la elección de los tratamientos son fundamentales, ya que cualquier error puede dar al traste con los objetivos de rentabilidad planteados. Tal como hemos visto, el uso y aplicación de tratamientos bioestimulantes adecuados a la estrategia en superintensivo se antoja determinante para acompañar al árbol en todo este proceso de máxima exigencia de producción.