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Siembra de lechuga: claves para una óptima implantación del cultivo


Siembra de lechuga: claves para una óptima implantación

Lechuga tipo Romana en invernadero


La siembra de lechuga es posible durante todo el año en los climas más benévolos y templados. Hablamos de un cultivo muy perenne que se produce en vivero y que, posteriormente, se trasplanta al suelo parta buscar el terreno definitivo. 

A pesar de tratarse de un proceso relativamente sencillo, plantar lechugas conlleva un estrés en las plantas motivado por el cambio de sustrato, de las condiciones ambientales y del manejo agronómico, entre otros factores. 

Este estrés vegetal puede derivar en los llamados fallos de marras, es decir errores en el establecimiento del cultivo que terminan por mermar la producción. Para esta fase inicial, Radisei es un bioestimulante de Seipasa que impulsa el desarrollo de las raíces y asegura la óptima implantación del cultivo.

Si hablamos de las raíces, la lechuga presenta un sistema radicular poco profundo y bastante reducido en comparación con la parte aérea. Es, por tanto, muy sensible a la falta de humedad y a la escasez de agua. 

La lechuga es un cultivo que prefiere un clima fresco para desarrollarse, especialmente en la primera etapa, que es cuando más agradece la diferencia de temperatura entre el día y la noche. Afortunadamente para los productores, el cultivo en semillero o vivero bajo condiciones de invernadero amplía enormemente el abanico de oportunidades, ya que minimiza la incidencia de los factores climatológicos más delicados, así como la presencia de plagas en estos estadios iniciales.

Plantación y trasplante de lechuga

Sembrar lechugas en semillero para después trasplantarlas al suelo definitivo también implica riesgos, sobre todo por el estrés que genera para la planta la adecuación a un terreno nuevo e inhóspito. Tras el trasplante, los esfuerzos deben ir dirigidos a favorecer el enraizamiento y a minimizar los posibles fallos en el establecimiento.

En esta etapa inicial es recomendable la aplicación del bioestimulante Radisei, una solución especialmente diseñada para desbloquear la presencia de micro y macronutrientes esenciales presentes en el suelo e impulsar el desarrollo del sistema radicular. Tal como señalábamos anteriormente, la acción de Radisei permite reducir la presencia de los fallos de marras en la etapa de desarrollo inicial tras la siembra de la lechuga.

Lo observamos en el gráfico 1, a partir del ensayo técnico realizado por Seipasa en el cultivo de lechuga de tipo Romana. Los resultados de Radisei frente al total muestran una reducción del 40% en el número de fallos en el implante del cultivo. 

Gráfico 1: % de fallos en el establecimiento frente al total.

Los resultados del ensayo también revelan una fenología más avanzada en aquellas parcelas tratadas con Radisei, cuyas plantas también presentaron mayor vigor y una coloración más intensa, tal como revela la imagen que vemos en la parte final de este artículo.

Todos estos factores contribuyen a incrementar el rendimiento del cultivo en cuanto a su capacidad de producción. Lo vemos en el gráfico 2, que revela un incremento de 2.820 kg/ha (+7%) en aquellas parcelas tratadas con Radisei (en el ensayo se observan diferencias estadísticas significativas respecto al control).

Gráfico 2: Rendimiento kg/ha en lechuga (tipo Romana).

Radisei está desarrollado a partir de una cepa exclusiva de Bacillus subtilis. Esta bacteria promotora del crecimiento (PGPR) permite mejorar la arquitectura del sistema radicular a través del crecimiento de nuevas raíces secundarias y pelos absorbentes. 

Su modo de acción en el suelo está enfocado a la puesta a disposición de la planta de los nutrientes inmovilizados en el suelo o en la rizosfera, ya qua Radisei actúa sobre la solubilización del potasio, la fijación de nitrógeno atmosférico y la producción de sideróforos que permite entregar a la planta hierro en forma asimilable. 

Preparación del suelo

La siembra o plantación de lechugas también obliga a prestar atención al suelo. Se necesita un terreno rico en nutrientes, con capacidad de drenaje, mullido y no excesivamente compactado y/o agrietado. Es clave, igualmente, disponer de un terreno lo más liso e igualado posible, de forma que se evite el estancamiento de agua procedente de riego o de la lluvia y la posible aparición de enfermedades asociadas a ella.

Para el cuidado y preparación del suelo, Seipasa recomienda Multisei, un fertilizante orgánico líquido de alta solubilidad y fácil manejo que nutre, estimula y mejora la estructura, composición y actividad microbiana del suelo. Multisei aporta al suelo materia orgánica de la máxima calidad, que ayuda a mejorar la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos naturales.

La lechuga es un cultivo bastante resistente y con una elevada capacidad de adaptación a condiciones climatológicas de lo más diversas. Aun así, conviene dotar al cultivo de la atención y los tratamientos necesarios desde la misma fase inicial de la siembra.